Por Ariel Cabral.
Santo Domingo. Octubre vuelve a teñirse de rosa. Como cada año, este mes se erige en un recordatorio mundial de la lucha contra el cáncer, particularmente contra el de mama, que continúa siendo una de las principales causas de mortalidad en mujeres a nivel global. Durante estas semanas, hospitales, instituciones públicas, organizaciones sociales y medios de comunicación colocan en primer plano una agenda común: concienciar, prevenir y acompañar a quienes enfrentan la enfermedad.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer de mama representa cerca del 25 % de todos los diagnósticos de cáncer en mujeres. En República Dominicana, estadísticas del Ministerio de Salud Pública lo sitúan entre las primeras causas de muerte femenina por cáncer, por encima de otros tipos como el cervicouterino y el de ovario.
Sin embargo, más allá de los números y porcentajes, lo que emerge son historias profundamente humanas: relatos de lucha, de miedo, de resiliencia y, en muchos casos, de esperanza. Son experiencias que atraviesan generaciones: mujeres jóvenes, madres, hijas, abuelas y también hombres —aunque en menor proporción— que reciben un diagnóstico capaz de transformar sus vidas y las de sus familias de manera irreversible.
El peso de la detección temprana
La evidencia médica es contundente: la detección temprana del cáncer de mama multiplica las posibilidades de éxito en el tratamiento. Por esa razón, en octubre las campañas de sensibilización refuerzan mensajes sobre la autoexploración mamaria mensual, las consultas ginecológicas regulares y la importancia de las mamografías a partir de los 40 años, o antes si existe historial familiar.
En ese sentido, la oncóloga Mery Girardo ofreció un panorama completo sobre el cáncer de mama en República Dominicana, destacando la importancia de la detección temprana y los avances en tratamiento y prevención.
Según la especialista, el cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres dominicanas, representando aproximadamente el 35 % de todos los tumores malignos diagnosticados en el país. Sin embargo, el 70 % de las pacientes inicia tratamiento en etapas avanzadas, lo que dificulta la efectividad de los cuidados médicos y reduce las posibilidades de supervivencia. Datos del Observatorio Global de Cáncer (Globocan) estiman que en 2023 la incidencia fue de 59.1 casos por cada 100 mil mujeres, con una mortalidad del 26.4 %. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó 1,460 muertes por esta enfermedad, equivalente al 2.14 % del total de decesos en República Dominicana.
La doctora Girardo explicó que, aunque se ha observado una reducción general en la tasa de mortalidad por cáncer de mama, en el primer semestre de 2024 se registraron 3,267 muertes. Entre los principales factores de riesgo se encuentran: el sexo femenino (aunque los hombres también pueden padecerlo en menos del 1 % de los casos), la edad (predomina entre 50 y 60 años), antecedentes familiares, obesidad, así como la historia menstrual y reproductiva.
Asimismo, señaló que las mujeres de raza negra enfrentan un mayor riesgo de morir debido a la prevalencia del cáncer de mama triple negativo, que es más agresivo, y a barreras de acceso a la atención médica. La especialista enfatizó que la tasa de curación puede alcanzar hasta un 99 % en estadios iniciales, mientras que la sobrevida a cinco años en estadios avanzados es menor del 29 %, dependiendo del tipo de cáncer y del paciente.
La tendencia del cáncer de mama en el país muestra un aumento progresivo, impulsado por una mayor detección y mejores tecnologías diagnósticas. Girardo resaltó la importancia de los programas de sensibilización y del Programa Nacional de Detección de Cáncer de Mama, Cervicouterino y Próstata, que buscan facilitar pruebas tempranas y accesibles para la población.
Entre los principales avances mencionados se incluyen la ampliación de la cobertura de procedimientos de detección, mejoras en el registro estadístico, financiamiento de medicamentos de alto costo y la implementación de agendas de prioridad para reducir la mortalidad.
La oncóloga insistió en la necesidad de concientizar a la población sobre la enfermedad, recordando que la ausencia de síntomas no debe ser motivo para omitir los chequeos rutinarios, especialmente para mujeres mayores de 40 años o con antecedentes familiares. Reconocer los síntomas a tiempo y acudir a consulta médica permite un tratamiento oportuno y eficaz, incrementando las probabilidades de supervivencia.
Finalmente, Girardo envió un mensaje de esperanza y responsabilidad: “Mujer dominicana, tu vida es valiosa. El cáncer de mama puede tocar a cualquiera, pero si se enfrenta a tiempo, se puede superar. Hazte la mamografía, acude a tus chequeos y no descuides tu salud. Para quienes ya enfrentan la enfermedad, su lucha inspira a todo un país, y a quienes la han superado, gracias por demostrar que sí se puede”.
“Octubre no es sólo un mes de lazo rosa; es un recordatorio permanente de que la prevención puede salvar vidas”, subraya la doctora Mery Girardo, ginecóloga oncóloga y obstetra colposcopista, al destacar que cada chequeo preventivo representa una oportunidad de adelantarse al desarrollo de la enfermedad y reducir su impacto.
Iniciativas en marcha
En todo el territorio dominicano, entidades públicas y privadas multiplican en estas semanas sus esfuerzos. Los hospitales impulsan jornadas gratuitas de mamografía y sonomamografía; empresas organizan charlas educativas y brigadas de orientación; mientras asociaciones sin fines de lucro llevan información y actividades preventivas a comunidades rurales, donde los servicios médicos especializados son menos accesibles.
De forma paralela, las campañas mediáticas hacen frente a prejuicios y desinformación. Se insiste, por ejemplo, en que el cáncer de mama no es exclusivo de mujeres mayores, que no siempre provoca dolor en sus primeras etapas y que no todas las masas detectadas son malignas.
Una lucha que exige comunidad
Octubre también invita a recordar que el cáncer no se libra en soledad. Junto al diagnóstico y el tratamiento, resulta vital el acompañamiento emocional. Redes de apoyo, programas psicológicos y políticas públicas que garanticen acceso equitativo a medicamentos y terapias constituyen un desafío aún pendiente en muchos países de la región.

Ladis Germán reside en Barcelona, España.
“Cada rosa que vemos en este mes representa resistencia, la valentía de mujeres y hombres que nos enseñan que la vida se defiende día a día”, expresa Ladis Germán, sobreviviente de cáncer de mama.
Nacida en República Dominicana y residente en Barcelona, España, Germán superó allí la enfermedad y hoy dedica sus energías a orientar y acompañar a quienes reciben un diagnóstico reciente.
Más allá del mes rosa
Aunque octubre concentra gran parte de las iniciativas, los especialistas advierten que la lucha contra el cáncer debe sostenerse durante todo el año. La prevención, el seguimiento médico y la educación comunitaria no pueden quedar limitados a un calendario.
El lazo rosa, recuerdan, no es solo un símbolo de un mes en particular: es un compromiso colectivo y permanente de la sociedad frente a una enfermedad que continúa marcando la vida de millones de personas en el mundo.
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