La administración del presidente Donald Trump dio un nuevo golpe de presión contra Nicolás Maduro al clasificar al llamado Cártel de los Soles como organización terrorista extranjera, una decisión publicada este lunes en el Registro Federal y que marca un escalamiento significativo en la ofensiva de Washington contra las redes que alimentan el narcotráfico hacia Estados Unidos.
La medida —anticipada días antes por el secretario de Estado, Marco Rubio— vino acompañada de una acusación contundente: el Cártel de los Soles sería “responsable de actos de violencia terrorista” que desestabilizan el hemisferio. Con ello, la Casa Blanca colocó la lucha contra Maduro dentro de un marco más severo que el meramente criminal.
Sin embargo, el denominado Cártel de los Soles dista de ser una estructura criminal convencional. El término surgió en los años noventa en Venezuela para describir a militares de alto rango involucrados en operaciones de narcotráfico. Con el paso del tiempo —y con la expansión de la corrupción durante los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro— su significado se fue diluyendo y ampliando hasta abarcar a policías, burócratas de distintas jerarquías y redes que operan en actividades ilícitas como la minería ilegal, el contrabando de combustible y otras economías criminales.
Ahora, con esta designación, Washington busca no solo aislar aún más al régimen de Maduro, sino también enviar un mensaje sobre la dimensión transnacional y desestabilizadora de estas estructuras de poder que, para Estados Unidos, hace mucho dejaron de ser solo un problema interno venezolano.
















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