Calle El Conde de la Ciudad Colonial: entre la supervivencia y la esperanza

Por Rosibel Cuevas.

La calle El Conde, entre historia y arte, vibra con un constante flujo de visitantes locales y turistas, mientras vendedores, artesanos y comerciantes luchan cada día por su sustento y por mantener viva la esencia de la vía más emblemática de la Ciudad Colonial.

Desde su construcción, la calle El Conde ha sido testigo de importantes acontecimientos históricos y de la vida cotidiana de la Ciudad Colonial. Su nombre honra al Conde de Peñalva, gobernador y capitán general de la isla en 1655, quien realizó diversos aportes a la estructura urbana de la ciudad.

Es una de las vías más emblemáticas del Gran Santo Domingo, ubicada entre la calle Palo Hincado (Puerta del Conde, Altar de la Patria) y la calle Las Damas. Es además la única vía peatonal de la zona, con un recorrido de aproximadamente un kilómetro, donde residentes y turistas disfrutan de un ameno paseo entre risas, aromas de café y un ambiente social vibrante.

Los visitantes buscan artículos para uso personal o regalos ofrecidos por artesanos, vendedores y comerciantes, quienes exhiben accesorios, souvenirs, cuadros, pinturas en tela, prendas de vestir y opciones gastronómicas, entre otros. También se aprecian manifestaciones culturales y de entretenimiento: artistas, músicos, imitadores y lugares de diversión, especialmente durante las horas nocturnas, como discotecas y cafeterías-bar.

Esta comunidad, antaño conocida como la “Era Dorada”, vivió una extraordinaria transformación cuando era un centro comercial, cultural y social en pleno desarrollo. Hoy mantiene viva su esencia gracias a su gente, que con esfuerzo y esperanza sigue luchando por mantenerse a flote.

Historia de los vendedores en su rutina diaria

Al entrar a la calle El Conde se observa un grupo de buhoneros cuyo número es variable, aunque no existe una cifra oficial.

Antonio Encarnación, el vendedor más antiguo —artesano de larimar, ámbar y mamajuana desde hace 48 años—, afirma:

“El Ayuntamiento no apoya a los artesanos y no respeta el decreto 355-90. La remodelación ha afectado nuestras ventas.”

Roberto Ramírez, con más de 30 años vendiendo souvenirs y mamajuana, añade:

“Hay apoyo entre vendedores y tenemos una Asociación de Buhoneros. Durante la semana vendo entre 2,000 y 3,000 pesos; ahora estamos en temporada baja.”

Su hermano, Francisco Ramírez, dueño del establecimiento D’Chino Larimar, sonríe y comenta:

“Yo comencé vendiendo con una paletera; uno va innovando. Incluso invertí RD$40,000 para iniciar mi negocio de artesanía.”

Ambos se ubican al lado de la cafetería Paco, popular desde 1967.

José Piña, empleado de Little Caesars, comenta:

“Los que más visitan la pizzería son los dominicanos, aunque debería haber más turistas.”

Por otro lado, se observan negocios cerrados como Kalea.

“Muchos cambiaron de dueños y otros han quebrado debido a las remodelaciones”, expresa Antonio Reyes, limpiabotas con más de 60 años de experiencia.

Comerciantes en búsqueda de esperanza

Entre negocios cerrados y locales en remodelación, la esperanza sigue viva en pequeños espacios de la calle El Conde.

María Candelaria, con su puesto Mary Variedades, asegura:

“Cada día está peor, las calles cerradas… Esta síndica va a acabar con el pobre. Aquí los boleros no hallamos ni qué comer. Puse todas estas cositas de 25 pesos y no se venden.”

En la esquina de la calle Sánchez, Francisco Bautista, artesano con 47 años de experiencia, ha sido golpeado por la crisis:

“Mis mercancías incluyen fruteras, pilones y artesanías exportadas desde Azua de Compostela, además de los caracoles del mar. La mamajuana y los collares los fabrico yo. El turista se nos ha ido lejos; espero que arreglen todo rápido.”

Los negociantes coinciden en la importancia del apoyo del Centro Nacional de Artesanías (CENADARTE). Algunos destacan el respaldo recibido; otros, las dificultades que enfrentan por las remodelaciones.

“Nos han afectado a un 90% los trabajos de este proyecto”, afirma uno.
“Ojalá pongan unidades de limpieza todos los días. Le pido a Dios vitalidad, fuerza y salud para seguir adelante”, añade otro.

Opiniones de los visitantes

Durante el recorrido por la calle El Conde se entrevistó a varios visitantes extranjeros y dominicanos —italianos, puertorriqueños, cubanos, españoles, argentinos y empleados del Ayuntamiento— sobre la remodelación, los precios y la calidad de los productos artesanales.

Según una encuesta del Ministerio de Turismo, el 70% de los encuestados percibe los precios como altos, un 20% valora la experiencia más que el dinero y un 10% considera que el precio es justo.

Ricardo Efraín, dominicano que frecuenta la zona entre las 12:00 y las 17:00 horas, comenta:

“Los comerciantes venden caro, pero la calidad es buena; hay restaurantes con precios equilibrados.”

Los turistas italianos Iris Lara y Ugo Marino aseguran que les encanta la artesanía y que incluso buscan propiedades para mudarse a la zona.

Por su parte, el visitante español Pere López opina:

“Es mi primera visita. Los precios son un poco altos, pero vemos que la calle está evolucionando. Hemos comprado demasiado.”

En la heladería artesanal Glasses RD, una vendedora afirma:

“Generalmente nos visitan turistas locales y extranjeros provenientes de España, Líbano y Francia.”

Víctor Rivera, puertorriqueño, recuerda con nostalgia:

“Todo esto está perdido. Recuerdo que la tienda Kalea era la más antigua. Desde los tiempos de Balaguer vengo a la Zona Colonial; aquí debe haber alguien que ponga mano dura.”

Finalmente, Osiris, visitante frecuente, señala:

“Muchos jóvenes vienen por el valor histórico del lugar, aunque considero que hacen falta más actividades culturales y que varios espacios no parezcan vacíos.”

Asociaciones que representan el centro comercial

En la calle El Conde existen dos asociaciones principales que representan a los comerciantes: la Asociación de Buhoneros (Asoconde), fundada en 1990 mediante el decreto presidencial 357-90 y liderada por Emilio Torres; y la Dirección Nacional de Fomento y Desarrollo de la Artesanía (FODEARTE), fundada en 2002 y dirigida por Antonio Polanco.

Ambas entidades buscan garantizar la sostenibilidad y el desarrollo del comercio en esta icónica vía.

Desde Aris Gift Shop comentan:

“Se mantiene cierto orden, aunque la remodelación ha desorganizado un poco las ventas.”

Roberto Pérez, integrante de la Asociación de Turistas Artesanos con 40 años de experiencia, expresa:

“Aquí no hay temporadas bajas. Nuestra asociación depende exclusivamente de los turistas, mientras que otras dependen más de los dominicanos. No tenemos Marca País, pero sí un secretario que controla diariamente las ventas. Por ejemplo, los rosarios los vendo a dominicanos a 250 pesos y a turistas a 350; ajustamos precios según el cliente, sin abusar.”

Proyecto de rehabilitación y rescate de El Conde

Desde 2015, el flujo de visitantes ha crecido un promedio del 7% anual, según el Ministerio de Turismo. El 30% de los vendedores admite que las acciones del proyecto han perdido fuerza, aunque otros defienden que son la única esperanza de orden.

Como parte del proyecto de rescate de la Ciudad Colonial, la remodelación recibe financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Ministerio de Turismo (MITUR), la Alcaldía del Distrito Nacional (ADN) y la Unión Europea (UE). El arquitecto Amín Serulle lidera el proyecto, con un presupuesto de 5.4 millones de dólares.

La calle ha experimentado un deterioro progresivo en algunos tramos y una disminución de las actividades comerciales; sin embargo, mantiene su atractivo gracias a artesanos y músicos como la banda La Elegancia Típica, liderada por José Delio.

Diversos buhoneros aún carecen de contratación formal con las MIPYMES artesanales, por lo que dependen directamente del turismo.

A pesar de los desafíos que enfrentan los comerciantes y vendedores de la calle El Conde, siguen luchando por mantener viva la esencia del lugar. Algunos negocios han cerrado —como La Margarita, Ferretería El Candado y Zapatería La Parisien—, mientras otros aún permanecen, como Togar, Blumin’s, Pollo Victorina y Cafetería Roma.

Entre las nuevas incorporaciones destacan Puma y Mi Gusto, que gozan de gran demanda entre los peatones.

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