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La llave invisible que define tu libertad en el mundo
Por: Pavel De Camps Vargas
En un mundo cada vez más interconectado, el pasaporte es mucho más que un documento de identidad. Es una llave invisible que abre o cierra las puertas de la movilidad global. La diferencia entre sostener uno de los pasaportes más poderosos del planeta o uno de los más débiles puede significar acceder a casi cualquier destino sin barreras o enfrentarse a un mar de visados, trámites y rechazos.
Los líderes del ranking mundial
Según el Henley Passport Index 2025, el pasaporte de Singapur encabeza la lista, otorgando acceso sin visa a 193 destinos, lo que lo convierte en la herramienta de viaje más poderosa del planeta. Muy cerca se encuentran Japón y Corea del Sur, con 190 destinos cada uno, reafirmando el dominio asiático en movilidad internacional. En Europa, países como Francia, Alemania, Italia y España mantienen su liderazgo con 189 destinos, confirmando el peso político y diplomático de la Unión Europea en los acuerdos de movilidad global.
Los más débiles: fronteras que pesan
El contraste es brutal. Vietnam, con apenas 50 destinos sin visado, se ubica entre los más limitados, seguido de India (58) y China (83), potencias económicas cuya influencia no se traduce necesariamente en libertad de movimiento. La paradoja es evidente: la fortaleza geopolítica o económica no garantiza la apertura de fronteras.
República Dominicana: ¿avance o estancamiento?
En el caso de la República Dominicana, el pasaporte ocupa la posición 65, con acceso a 73 destinos sin visa.
Si bien representa cierta mejora respecto a años anteriores, el país se mantiene rezagado en comparación con otras naciones de la región como México (158 destinos) o Chile (176). Esto evidencia que, a pesar del crecimiento económico y turístico de la isla, la política exterior dominicana aún tiene un largo camino por recorrer para ampliar los convenios bilaterales y regionales que fortalezcan la movilidad internacional de sus ciudadanos. La pregunta es inevitable: ¿se está haciendo lo suficiente para que el pasaporte dominicano sea un verdadero puente al mundo?
Pasaporte y poder blando
El poder de un pasaporte no es casualidad. Está directamente relacionado con el “poder blando” de un país: su capacidad de generar confianza, establecer acuerdos, mantener estabilidad política y proyectar influencia cultural y económica. Cada visado eliminado es, en realidad, el reflejo de una relación diplomática sólida.
El pasaporte no es solo un documento: es una metáfora silenciosa de cómo el mundo nos percibe y de cuánto confía en nosotros. Para algunos, representa alas abiertas; para otros, cadenas invisibles. La República Dominicana, como muchos países en desarrollo, aún no ha logrado transformar su pasaporte en un símbolo de verdadera libertad global.
La pregunta, entonces, es inevitable y profunda: ¿seremos capaces de construir un país cuyo pasaporte no solo abra fronteras, sino que también refleje la dignidad y el peso real de nuestra voz en el concierto de las naciones?
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