Un violento ataque contra una comunidad cristiana ha elevado la preocupación internacional sobre la libertad religiosa en Indonesia. Durante una clase de escuela bíblica dominical en la ciudad de Padang, un grupo extremista armado irrumpió en una casa de oración, dejando dos niños heridos y causando importantes daños materiales.
El pastor local, F. Datchi, explicó que aquella casa no funcionaba como iglesia tradicional, sino como punto de oración y escuela bíblica para suplir la ausencia de maestros cristianos en centros educativos públicos.
La tensión fue máxima: según Linda, esposa del pastor, él estuvo a punto de ser apuñalado, pero —gracias a la intervención de un tercero— logró salir ileso.
Las autoridades actuaron con rapidez, arrestando a nueve sospechosos. La policía declaró que aún busca identificar y detener a otros involucrados. Organizaciones cristianas en Indonesia, como Portas Abertas, movilizan apoyo psicológico y material para las familias y niños afectados.
La petición principal a la comunidad cristiana mundial es: “Oren por la sanidad física y emocional del pastor, los niños y las familias. Pidan justicia ante este acto de violencia y clamen por paz y protección sobre las casas de oración en Indonesia”.
Indonesia, aunque oficialmente pluralista, enfrenta una creciente presión sobre las comunidades cristianas —especialmente sobre conversos del islam—, quienes sufren desde aislamiento social y abuso verbal hasta episodios de violencia física.
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