Padres cuyos hijos perdieron el año escolar pasado porque no encontraron cupo en la escuela Fray Ramón Pané, del sector capitalino Jardines del Norte, y no podían pagar colegio, ni motoconcho para enviarlos a otras estatales, denuncian que este ciclo corren similar riego, porque ya les avisaron que está repleta.
Niños que la jornada 2024-2025 debieron ingresar a primero, ya tienen siete años y ninguna posibilidad de entrar al sistema educativo, sus progenitores angustiados piden a las autoridades una salida. Acuden al recinto además de alumnos del barrio, de Los Ríos, Los Próceres y La Yagüita, comunidades empobrecidas.
“Mi caso es ya desesperante, la mía nunca ha tomado clases, porque no tengo con qué pagar en otro lado ¿y ahora tampoco tendrá oportunidad de estudiar? qué debo hacer, dios mío”, exclama Marianela Bretón.
El antiguo plantel fue demolido para hacer uno más grande y por cinco años operó en aulas alquiladas a entidades privadas, ahora, pese a que ya está abierto y a que el Gobierno sigue el pago de alquiler, aún no hay espacio, lo que las familias no entienden.
Los casos incluyen igual a estudiantes que ante la falta de salones tuvieron que acudir a otros centros públicos, caminar entre tres y cuatro kilómetros bajo el sol y cruzar avenidas peligrosas, como Los Próceres o Doctor Defilló, y que tenían cifrada la esperanza en hallar una butaca en “La Fray”.
Otros que pagaban colegios, ya no pueden hacerlo, por su menguado presupuesto y porque como en el caso de Carmen Recio perdió a su marido, lo que aumentó su pobreza y si su hija no es inscrita en la Pané, no podrá seguir los estudios.
Enviarla a otra instalación pública en un motor le costaría 200 pesos diarios ida y vuelta, 4, 400 mensual, más del doble de los 2,000 que pagaba en el privado y que no puede costear más.
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