El proceso de canonización de Pedro Arrupe, ex superior general de la Compañía de Jesús, enfrenta una fuerte controversia luego de que se revelara que en 1980 permitió la ordenación sacerdotal de un individuo posteriormente reconocido como abusador de menores.
Este hallazgo ha generado preocupación y cuestionamientos dentro de la Iglesia católica y la sociedad civil, quienes demandan mayor transparencia y responsabilidad en la evaluación de los antecedentes de quienes aspiran a ser declarados santos.
Pedro Arrupe, conocido por su liderazgo y compromiso social, ve ahora su legado empañado por esta información, que pone en entredicho la exhaustividad del proceso canónico y la supervisión ejercida durante su gestión.
Las autoridades eclesiásticas han anunciado que revisarán cuidadosamente esta situación para esclarecer los hechos y garantizar que el proceso de canonización se lleve a cabo con la máxima integridad.
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