Santo Domingo. A cuatro meses del colapso en la discoteca Jet Set, el padre Rogelio Cruz protagonizó un tenso intercambio con policías al llegar al lugar donde cada mes celebra una misa por las víctimas.
“¡A mí no me graben! No soy delincuente”, reclamó visiblemente molesto, señalando que los verdaderos delincuentes están en otro lado. Minutos después, recuperó la calma para oficiar una homilía en la que criticó duramente la justicia dominicana y pidió convertir las ruinas del Jet Set en un mausoleo.
El sacerdote calificó de “injusta” la decisión judicial que impuso garantías económicas y otras medidas a los dueños del local. “La justicia es como una serpiente, solo muerde a los descalzos”, afirmó.
Rogelio Cruz reveló que ha enviado solicitudes a la Alcaldía del Distrito Nacional, el Senado y la Cámara de Diputados para declarar el lugar de utilidad pública y construir allí un mausoleo que sirva de memoria para los dolientes.
En su mensaje, dirigió palabras de consuelo a los familiares: “La muerte es un nuevo nacimiento… deseamos que estén con Dios”. Sin embargo, también hizo fuertes críticas al sistema político y social dominicano, al que acusó de corrupción y de robarle la dignidad al pueblo desde la colonia.
Por su parte, la jueza Fátima Scarlette Veloz Suárez impuso medidas de coerción a los propietarios de la discoteca, Antonio y Maribel Espaillat, incluyendo una garantía económica de 50 millones de pesos, impedimento de salida y presentación periódica. El Ministerio Público anunció que apelará por considerar las medidas insuficientes.
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