Un llamado a la sensatez
Por Porfirio J. Santos.
El liderazgo evangélico de los diferentes Concilios, unidos a la iglesia Católica, están teniendo en los medios de comunicación de masas y redes sociales, una campaña en contra del gobierno dominicano por haber emitido su voto en el Consejo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en favor de la creación del Estado Palestino.
Pienso que la postura de las organizaciones eclesiásticas es insensata debido a que si bien es cierto que la República Dominicana debió abstenerse y no emitir voto en favor de Palestina, también es cierto que por el tiempo electoral que vivimos, en su etapa final, los líderes de las iglesias y Concilios debieron apelar a la madurez y tacto, a fin de esperar a que culminen las elecciones pautadas para el próximo domingo diecinueve de mayo.
¿Por qué digo que los líderes eclesiásticos actuaron con insensatez?
Lo digo porque su postura en la coyuntura actual, más que verse como una pustura en defensa de Israel, el mensaje que transmite es que se está atacando al gobierno y su partido a fin de que no salgan favorecidos con el voto en las elecciones de este domingo.
Según audios y cartas subidas a las redes sociales, los líderes evangélicos y católicos se han apresurado a hacer un claro llamado a los feligreses de esas instituciones para que no voten por Luis Abinader, trayendo como argumento que se votó en favor de Palestina en la ONU. ¡Pero no! No me vengan con ese cuento. Inventen otro de Pepito. En este país donde todos nos conocemos, todo el mundo sabe las verdaderas razones que tienen algunos líderes evangélicos y católicos para estar en contra del presidente Abinader. Es que la lucha interna entre ellos porque algunos están en el gobierno y otros no, a parte de los claros beneficios que obtuvieron en gobiernos pasados y que ahora no tienen, los hace actuar como están actuando.
¿Por qué apresurarse a emitir opinión en contra del gobierno por el voto a favor de Palestina en la ONU, y no esperar hasta que pasen las elecciones?
Una vez alguien acuñó la frase: «Eso tiene cocoricamo».
En los últimos tiempos he visto una iglesia que más que iglesia, parece un partido político en busca de coyuntura para venderse al mejor postor; eso lo demuestra los enormes templos, bienes y canongias que exhiben los monarcas qué dirigen los Concilios e iglesias. Monarcas qué cuando sienten que algún gobernante no responde a sus intereses, espectativas y solicitudes, como mercaderes del evangelio que son, se levantan a cosnpirar desde la sombra.
Es tiempo de sensatez y calma.
La iglesia, más que nadie, está llamada a jugar ese papel.