La Altagracia. Una madrugada teñida de violencia estremeció al sector Barrio Nuevo cuando un enfrentamiento provocado por motivos amorosos dejó como saldo la muerte de dos hombres y un clima de temor entre los residentes de esta activa zona turística. Según el informe preliminar de la División de Investigaciones Criminales (DICRIM), el incidente ocurrió alrededor de las 3:00 de la madrugada del sábado 8 de noviembre, en un oscuro callejón de la calle El Medio, donde la tensión desbordada por celos desembocó en un choque mortal.
Las víctimas, identificadas como Braulio Gómez Araujo, dominicano de 29 años, y Julio Fleristin, haitiano de 24, se vieron envueltos en una confrontación presuntamente motivada por el interés sentimental hacia la misma mujer. De acuerdo con el reporte policial y el dictamen del médico legista, ambos hombres recibieron múltiples heridas punzopenetrantes ocasionadas por armas blancas, lesiones que provocaron un rápido shock hemorrágico y su fallecimiento en el lugar de los hechos.
Testigos relataron que el enfrentamiento se produjo de forma repentina, elevando el nivel de alarma entre los vecinos, quienes escucharon gritos, forcejeos y luego encontraron a los dos hombres gravemente heridos. La escena, según los investigadores, evidenciaba un conflicto cargado de intensidad emocional, dominado por celos, ira y violencia descontrolada.
Tras el hecho, agentes policiales acordonaron la zona mientras unidades forenses levantaban los cuerpos y recolectaban evidencias. Sin embargo, la conmoción se extendió más allá del callejón: residentes de Barrio Nuevo expresaron su temor e indignación, denunciando que los episodios de violencia interpersonal se han vuelto frecuentes en la comunidad.
“Esto no es la primera vez que pasa algo así. Aquí hace falta mayor vigilancia y acciones preventivas”, comentaron varios moradores, quienes también solicitaron que el caso sea investigado a fondo para determinar las circunstancias exactas del enfrentamiento.
Las autoridades han iniciado el proceso de investigación para esclarecer los hechos y establecer posibles responsabilidades adicionales. Mientras tanto, la comunidad de Verón-Punta Cana permanece en alerta, reclamando medidas contundentes para reducir la violencia y fortalecer la seguridad en un entorno que, pese a su atractivo turístico, arrastra una creciente preocupación por la conflictividad social.














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