El Papa León XIV presidió este sábado la única Misa de su viaje internacional a Turquía, en la que leyó una homilía centrada en la unidad de los cristianos y en la necesidad de paz en el mundo actual.
Los fieles esperaron a la llegada del Santo Padre en el Volkswagen Arena, un espacio inaugurado oficialmente en 2015 que forma parte del complejo cultural Uniq de Estambul.
Ante una gran cruz que iluminaba el recinto, el Papa León XIV ingresó en procesión junto al Patriarca Bartolomé I, precedidos por obispos y sacerdotes concelebrantes. El ambiente, profundamente solemne, estaba enmarcado por las voces de un numeroso coro que entonaba canciones litúrgicas propias del país.
En su homilía, leída en inglés, el Santo Padre reflexionó sobre la primera lectura del profeta Isaías, que fue leída en armenio. De hecho, el ecumenismo estuvo presente en cada detalle de la Misa. El salmo responsorial fue leído en arameo, la segunda lectura en inglés, el canto al Evangelio fue en armenio y la lectura del Evangelio en turco.
A la luz del libro del profeta Isaías, el Pontífice invitó a reflexionar sobre “nuestro ser Iglesia” y precisó que esta lectura “nos recuerda que los frutos de la acción de Dios en nuestra vida no son un don sólo para nosotros, sino para todos”.
“La alegría del bien es contagiosa”
De este modo, recordó que “la alegría del bien es contagiosa” y por ello invitó a los fieles a renovar “en la fe la fuerza de nuestro testimonio”. “Si realmente queremos ayudar a las personas con las que nos encontramos, vigilemos sobre nosotros mismos”, indicó el Pontífice.
También recordó que “el Señor, a quien aguardamos glorioso al final de los tiempos, viene cada día a llamar a nuestra puerta” y pidió por ello estar preparados.
A continuación, posó su mirada sobre las guerras y conflictos actuales, subrayando la llamada de los cristianos a trabajar por la paz: “¡Con qué urgencia percibimos hoy esta llamada! ¡Cuánta necesidad de paz, de unidad y de reconciliación hay a nuestro alrededor, y también en nosotros y entre nosotros! ¿Cómo podemos contribuir a responder a esta exigencia?”, preguntó.
Como respuesta a este interrogante, el Pontífice propuso la metáfora del estrecho del Bósforo que atraviesa la ciudad de Estambul, uniendo los continentes de Asia y Europa.
“Su triple extensión a través del Estrecho nos hace pensar en la importancia de nuestros esfuerzos comunes por la unidad en tres niveles: dentro de la comunidad, en las relaciones ecuménicas con los miembros de otras confesiones cristianas y en el encuentro con los hermanos y hermanas que pertenecen a otras religiones”, señaló.
Fuente: ACI Prensa.















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