Santo Domingo. El 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, una fecha proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el propósito de promover los derechos, la inclusión, la participación plena y el bienestar de las personas con discapacidad en todos los ámbitos de la sociedad. Esta efeméride invita a reflexionar sobre los avances logrados, pero también sobre los desafíos persistentes que enfrentan millones de personas en el mundo.
Se entiende por discapacidad cualquier limitación que, al interactuar con diversas barreras del entorno, puede impedir la participación plena y efectiva de una persona en la sociedad en igualdad de condiciones con las demás. La discapacidad no está únicamente en la condición física, sensorial, intelectual o psicosocial del individuo, sino también en las barreras sociales, culturales, comunicacionales y actitudinales que dificultan la inclusión.
La Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPD) establece que todas las personas tienen derecho a vivir con dignidad, autonomía y acceso a oportunidades, lo cual debe garantizarse a través de políticas públicas, marcos legales y acciones comunitarias coherentes.
Este día sirve para sensibilizar sobre la necesidad de eliminar estigmas, prejuicios y prácticas discriminatorias, visibilizar los talentos, aportes y capacidades de las personas con discapacidad, promover políticas públicas inclusivas, accesibilidad universal y ajustes razonables.
Además, fomentar la igualdad de oportunidades en educación, empleo, salud y participación social y recordar el compromiso internacional con el desarrollo sostenible que “no deje a nadie atrás”.
Aunque se han logrado importantes avances en materia legal y de sensibilización social, persisten desafíos significativos: accesibilidad limitada en espacios físicos, transporte público y entornos digitales, barreras educativas que dificultan la permanencia y el aprendizaje en igualdad de condiciones, discriminación laboral y brechas de empleo, estigmas y prejuicios arraigados en entornos familiares, comunitarios e institucionales y falta de datos confiables que permitan diseñar políticas públicas efectivas.
En muchos países, incluida la República Dominicana, aún es necesario fortalecer la inclusión desde la infraestructura, la legislación, la cultura organizacional y la voluntad política.
La inclusión no es un acto aislado, sino una responsabilidad colectiva. Se requiere que las instituciones públicas apliquen políticas basadas en derechos, garanticen accesibilidad y promuevan la igualdad, que las empresas privadas adopten prácticas inclusivas, fomenten la empleabilidad y la eliminación de barreras, las comunidades promuevan entornos respetuosos, solidarios y conscientes de la diversidad humana, y que las familias reciban apoyo emocional, educativo y social para acompañar a sus miembros con discapacidad.
El enfoque debe ser siempre la dignidad humana, la autonomía y la participación activa.
El Día Internacional de las Personas con Discapacidad no es solo una conmemoración; es un llamado a construir sociedades donde todos puedan vivir con plenitud, igualdad y respeto. La verdadera inclusión no surge de la compasión, sino de la justicia, la equidad y el reconocimiento de que la diversidad es una riqueza.
Trabajar por un mundo accesible e inclusivo es un compromiso que transforma vidas y dignifica a la humanidad entera.













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