Santo Domingo. Cada 24 de septiembre, la República Dominicana celebra el Día de Nuestra Señora de las Mercedes, Patrona del pueblo dominicano desde 1844. En esta fecha, cientos de feligreses y devotos de la Virgen María se trasladan al Santuario del Santo Cerro, en La Vega, así como a otros templos marianos del país, para rendir tributo a la Virgen de la Misericordia.
La tradición cuenta que Cristóbal Colón, durante su estancia en La Vega en 1495, quedó maravillado por la belleza del valle y mandó a levantar una cruz en lo que hoy se conoce como el Santo Cerro, lugar donde posteriormente se construyó el santuario en honor a la Virgen de las Mercedes. Según el historiador vegano César Arturo Abreu Fernández, allí nació la primera manifestación de esta devoción en América.
La espiritualidad mercedaria llegó desde España con los frailes de la Orden de la Merced, quienes acompañaron a Colón en su segundo viaje y difundieron la misión de redimir a los cautivos de la fe. Con el tiempo, esta devoción se expandió por toda la isla.
Monseñor Carlos Thomas Morel Diplán, obispo auxiliar de Santiago y administrador apostólico de La Vega, recuerda que desde 1495 la presencia de la Virgen de las Mercedes ha acompañado la historia del pueblo dominicano. Destacó que en 1615, tras un terremoto, el pueblo clamó a María y experimentó su protección, lo que consolidó su reconocimiento como Patrona de la nación.
“Tenemos a una madre a la que nos acercamos en busca de ayuda, protección y fortaleza. María es símbolo de libertad, dignidad y respeto para este pueblo”, expresó el prelado.
La advocación mariana de la Virgen de las Mercedes tiene su raíz en Barcelona, España, el 1 de agosto de 1218. Ese día, la Virgen se apareció por separado a san Pedro Nolasco, al rey Jaime I de Aragón y a san Raimundo de Peñafort, pidiéndoles la creación de una orden dedicada a la redención de cautivos.
Nueve días después, san Pedro Nolasco fundó la Orden de la Merced, cuya misión fue rescatar a cristianos esclavizados por musulmanes y piratas. Se estima que, a lo largo de los siglos, los mercedarios liberaron a más de 300,000 cautivos, muchos de ellos a costa de entregar su propia libertad.
Hoy, esta tradición de misericordia y protección se mantiene viva en la República Dominicana, donde Nuestra Señora de las Mercedes sigue siendo una de las advocaciones marianas más veneradas.













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