Por Esmirna Gómez.
Santo Domingo Este. – En un ambiente cargado de emoción y profunda fe, Monseñor Manuel Antonio Ruiz de la Rosa, primer obispo de la recién creada Diócesis Stella Maris, presidió este domingo su primera Eucaristía tras haber sido ordenado. Numerosos sacerdotes, fieles y representantes eclesiales participaron en la solemne celebración, que contó además con la presencia especial de un obispo proveniente de los Estados Unidos.
Previo al inicio de la misa, Monseñor Ruiz realizó el rito de aspersión en la entrada del templo a toda la feligresía que aguardaba con gran entusiasmo. Luego, al ingresar al templo, visitó la capilla del Santísimo Sacramento, donde oró en silencio durante varios minutos, encomendando a Dios los frutos de su ministerio episcopal y el porvenir de la nueva diócesis.
Durante la celebración, fueron dados a conocer los nombres de los sacerdotes designados para trabajar junto a Monseñor Ruiz en las distintas áreas pastorales y administrativas. En su homilía, el prelado explicó que los nombramientos surgieron de un proceso de consulta con el clero, los religiosos, las religiosas y los laicos, quienes propusieron candidatos de acuerdo con las necesidades de la diócesis.
“Reunimos a todos los religiosos, religiosas y al clero, y les presentamos los servicios que necesitábamos. En casi un 99 %, los nombres que ellos propusieron fueron confirmados. Por eso, estos nombramientos tienen también su sentido de comunión y de pueblo”, expresó Monseñor Ruiz, recibiendo un prolongado aplauso.
En su predicación, el obispo ofreció una profunda reflexión sobre la construcción del templo de Dios y la fortaleza de la fe, utilizando un lenguaje cercano y ejemplos cotidianos, además de un diálogo espontáneo con los niños presentes.
“El que cimienta el edificio sobre roca fuerte no se cae, no se destruye. Así mismo, si cimentamos nuestras familias sobre la roca que es Jesucristo, nada podrá derribarlas”, afirmó con convicción.
Con un tono pedagógico y cargado de simbolismo, Monseñor Ruiz invitó a diez niños al altar para ilustrar la importancia de construir sobre bases firmes, comparando la fe con los cimientos de un edificio.
La homilía también destacó el significado espiritual del nombre Stella Maris, explicando que la Virgen María, bajo esa advocación, es como la estrella que guía a los navegantes hacia Cristo:
“Si estamos empezando esta nueva diócesis y queremos que Jesús sea el soporte de nuestros hogares, debemos pedirle a la Virgencita Stella Maris que nos guíe hasta Él. Ella siempre marca el norte, siempre nos lleva al puerto seguro que es Jesús.”
La primera misa de Monseñor Ruiz en la Catedral Stella Maris coincidió este domingo con la fiesta de la dedicación de la Basílica de Letrán, marcando un nuevo capítulo para la Iglesia Católica en Santo Domingo Este y consolidando la identidad de una diócesis naciente que busca florecer bajo la gracia de Dios y la intercesión de la Virgen María.
El acto litúrgico concluyó con un emotivo gesto de comunión y esperanza, en el que los fieles presentes, junto a los sacerdotes y obispos invitados, elevaron una oración por el futuro de esta nueva comunidad eclesial.














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