Por: Gustavo Guzmán
Candidato a la Presidencia del CDP
Movimiento Periodístico Convergencia
Los periodistas de nuestra amada República Dominicana merecen condiciones de trabajo más justas. Entre estas, urge establecer un salario base digno, tanto en el sector público como en el privado, así como pensiones adecuadas sustentadas en los propios recursos que la Ley 10-91 contempla para nuestro gremio. Para ello, debemos exigir lo que legalmente nos corresponde.
Propongo acercarnos a las instituciones con un plan concreto de reivindicaciones, que recoja las principales demandas del sector y que, por dignidad, ya no pueden seguir esperando.
Mi compromiso es impulsar una ley de colegiación actualizada, acorde a los desafíos de estos tiempos. Una ley que garantice la transparencia en el manejo del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) y de los recursos que le pertenecen, permitiendo así la creación y fortalecimiento de espacios para el descanso, la jubilación y la formación continua, pilares esenciales para un periodismo ético, profesional y comprometido con la sociedad.
Según el Observatorio Comunicación y Democracia (OCD), muchos periodistas en el país reciben ingresos similares a los de trabajadoras domésticas, con salarios que oscilan entre los 18 y 20 mil pesos mensuales. El promedio nacional ronda apenas los 25 mil pesos. Esta precariedad obliga a muchos profesionales a pluriemplearse, emigrar a instituciones públicas o incluso abandonar la carrera para buscar mejores condiciones.
Es tiempo de aunar esfuerzos para dignificar la profesión. El periodista no solo informa; también investiga, orienta y acompaña a las comunidades en sus problemáticas, muchas veces poniendo en riesgo su vida. No podemos permitir que, tras décadas de entrega, se enfrenten al abandono y la desprotección.
Propongo establecer un salario mínimo nacional para periodistas, mediante un acuerdo tripartito entre el Colegio Dominicano de Periodistas, el Ministerio de Trabajo, el Ministerio de Administración Pública y el sector privado. Esta mesa de diálogo debe convertirse en un espacio permanente de concertación, donde se discutan también otros temas como seguros médicos especiales, acceso a viviendas y mecanismos de protección para periodistas en situación de riesgo.
Ha llegado la hora de un nuevo comienzo. El momento es ahora.
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